EL POR QUË LA MUJER NO PUEDE ESTAR AL FRENTE DE UNA CONGREGACION; O SER PASTORA, ANCIANA O SER CURA, aunque sea en la ignominia en se encuentra ante el Padre Eternon

Que la paz sea con vosotros, señor obispo; veo que usted está haciendo gala de la forma de actuar de todas las iglesias, no solamente la Católica; porque si bien es cierto, nadie hace la palabra del Dios vivo Padre Eterno, como él manda, sino que cada uno hace lo que le viene en gana; porque con la palabra eterna hacen sumisamente lo que el maligno les ordena, convirtiéndose en sus servidores; usted señor obispo va por delante llevando la bandera de la ignominia, ignorancia, la estupidez; se sobreentiende que usted no cree que el Dios vivo Padre Eterno exista, o es un iluso sabe lo todo sin criterio con una cultura libresca y nada más; en este tiempo, YO SOY QUIEN DA TESTIMONIO DE LA EXISTENCIA DEL DIOS VIVO PADRE ETERNO; Y MI TESTIMONIO ES FIEL, REAL Y VERDADERO, TOTAL Y ABSOLUTO, porque hablo de lo que veo, de lo que escucho, y de lo que hago; porque todo lo que hablo, está en la mente del Dios vivo Padre Eterno, creador del Cielo espacio y de la Tierra, de los mares y de las estrellas; en verdad os digo, que el Padre Eterno todo lo hace y lo dice por causa y efecto; no lo hace como el hombre, quien tiene ideas en los intestinos y lo hace, eso es cosas del hombre del mundo y del maligno; la mujer no puede estar frente a una congregación o ser pastora, o anciano, porque ella no tiene el requisito fundamental, el material del fundamento físico, (no me refiero al órgano masculino) necesario para la obra que salva, que viene desde antes de la concepción; ella es la ayudante idónea, siempre que se ubique bien, y sea bien elegida. Usted, mi estimado obispo, no sabe donde está parado, no tiene idea de nada de las cosas del Dios vivo Padre Eterno; arrepiéntase, de un giro de 180 grados y comience de nuevo; pues el fin de toda maldad y de todo maligno ya llegó; gloria al Que Es, Existe, vive y está presente eternamente, Santo Espíritu vivo Dios Padre Eterno vivo y verdadero Rey del Universo, amén