Que la paz sea con vosotros:
La inmundicia del espíritu, no es lo mismo que el sucio del hombre trabajador, lo cual mejor edifica; felicitaciones para el hombre humilde, que con su sudor lleva el sustento bien ganado a su hogar; y tiene la mejor recompensa cuando llega a casa, de recibir ese amor tan tierno, puro, profundo y sublime de sus preciosos hijos cuando salen a recibirlo con sus brazos abiertos; no hay acto que sustituya esa dicha; bien por ti hombres y mujeres abnegados, el corazón y el espíritu, se abrazan en una dicha interminable
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